miércoles, 23 de mayo de 2007

Los procesos iniciales de lecto-escritura en el nivel de educación inicial

Ana Lupita Chaves Salas

El lenguaje escrito emerge de una necesidad de comunicarse con los demás y es el ambiente quien ejerce una gran influencia en el desarrollo de esta habilidad.
La educación inicial es el primer nivel educativo al que ingresan los niños y niñas menores de seis años.
Los “Fines de la Educación Preescolar”, se dirigen a promover el desarrollo integral de la niñez durante los primeros seis años de vida. El desarrollo de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social en los seres humanos ocurre más rápido durante los primeros años.
Es necesario fortalecer la educación del menor de seis años y de sus familias, tanto en el ámbito formal como informal, con el propósito de favorecer el desarrollo humano y la equidad social. Para esto, es urgente la creación de centros infantiles de calidad en todos los estratos sociales.
El nivel de educación inicial cumple funciones económicas, sociopolíticas y pedagógicas.
En un primer momento, los centros infantiles surgieron únicamente como guarderías, posteriormente se toma conciencia de su valor educativo.
Es importante mencionar, que una educación de baja calidad tiene consecuencias negativas en el desarrollo de los infantes.
La función pedagógica es la más importante en el nivel inicial, pues se ocupa de optimizar el desarrollo integral del infante, ya que considera los aspecto socioafectivo, psicomotor, cognoscitivo y nutricional, tomando como punto de partida la familia (primer agente educativo del contexto sociocultural que rodea al niño).
El sujeto construye el conocimiento a partir de la interacción con las personas, los objetos, la creación de hipótesis y su esfuerzo por comprender el mundo que lo rodea. La función pedagógica incluye, una dimensión socializadora, una dimensión preventiva y una función recuperatoria. Todo esto, con el fin de iniciar un proceso de intervención que ayude a superar problemas que puedan incidir negativamente en el desarrollo integral del infante.
Es necesario que los programas de educación inicial sean de calidad y accesibles a todos los sectores de la sociedad, ya que es incuestionable la importancia de este nivel educativo para la formación del ser humano.
El método montessoriano impulsa principios educativos como la libertad, la actividad y la autonomía; le da gran importancia a la autoeducación y al docente como guía del proceso de enseñanza y aprendizaje, y propone material didáctico autocorrector que contribuye a lograr una "educación sensorial completa y graduada".
La "escuela activa" toma en cuenta los intereses del niño y la niña, respeta las diferencias individuales, desarrolla actitudes y aptitudes para el aprendizaje, parte del juego natural, emplea materiales tridimensionales, favorece un clima de libertad y autonomía; y le da al docente el rol de facilitador o guía de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
El método ecléctico para la enseñanza de la lectoescritura, consiste en integrar diferentes aspectos de los métodos sintéticos y analíticos. Este, ha tenido gran influencia en nuestro país.
El método ecléctico para la enseñanza de la lectoescritura da gran importancia al aprestamiento para el desarrollo de destrezas y habilidades perceptivas de parte del niño, sin tomar en cuenta que este "...es un sujeto que aprende básicamente a través de sus propias acciones sobre los objetos del mundo, y que construye sus propias categorías de pensamiento al mismo tiempo que organiza su mundo". Los niños, ingresan al centro infantil con un bagaje de conocimientos que han adquirido en su hogar y en su comunidad, y a partir de estos, el docente brinda experiencias auténticas de lectura y de escritura que les permiten a los párvulos construir colectivamente el conocimiento de la lecto-escritura.
Según Piaget, los niños construyen el conocimiento mediante la interacción con el mundo que los rodea. En este proceso, se siguen una serie de etapas que están relacionadas con las capacidades mentales que posee el sujeto para organizar la información que recibe del medio.
En el proceso de interacción con el medio social y físico, el infante recibe los estímulos, los transforma mediante el proceso de asimilación, los interpreta de acuerdo con sus esquemas mentales y construye su concepción de mundo al transformar las imágenes estáticas en imágenes activas por medio del lenguaje, el juego, el dibujo y la imitación. El pensamiento del párvulo surge, a través de la acción, a partir de la cual interioriza ciertas imágenes que posteriormente, aprenderá que tienen correspondencia con un nombre, y de esa manera, se originará el lenguaje.
Piaget habla de dos tipos de lenguaje: privado (egocéntrico) y social.
El lenguaje privado está dirigido hacia sí mismo, con el fin de que el pequeño tenga control de sus acciones.
El lenguaje social busca la comunicación con otros y se concreta con la aparición del diálogo.
Vigotsky plantea que; se da una relación dialéctica entre sujeto y objeto. Según esta teoría, el párvulo, al entrar en contacto con la cultura a la que pertenece, se apropia de los signos que son de origen social para, posteriormente, internalizarlos. Vigotsky considera que el momento más significativo en el desarrollo del niño, es cuando convergen el lenguaje y la actividad práctica. El lenguaje se vuelve racional y el pensamiento verbal.
De acuerdo con esta teoría, el lenguaje se da, en un principio en el nivel social, luego es egocéntrico, y más adelante, interiorizado.
Vigotsky planteaba dos niveles de desarrollo en los niños: el nivel actual de desarrollo y la zona de desarrollo próximo, la que se encuentra en proceso de formación y es el desarrollo potencial al que el infante puede aspirar.
Los estudios de Piaget y Vigotsky, coinciden en que el conocimiento se da mediante un proceso constructivo del sujeto en interacción con el medio.
El proceso de aprendizaje de la lecto-escritura interviene en gran medida el contexto sociocultural y la función social que tiene la lengua escrita para comunicar significados, ya que, por medio de ella, se trasmite todo tipo de conocimientos, creencias y valores. Halliday, menciona siete categorías de funciones lingüísticas que se desarrollan en el contexto social y que aplican tanto a la lengua oral como a la lengua escrita:

  • Instrumental: Es el lenguaje que se utiliza para satisfacer necesidades.
  • Regulatoria: Es el que se usa para controlar la conducta de otros.
  • Interaccional: Se refiere al lenguaje para mantener y establecer relaciones sociales.
  • Personal: Es aquel que permite expresar opiniones personales.
  • Imaginativa: Permite expresar lo que imaginamos y creamos.
  • Lenguaje heurístico: Nos permite crear información y respuestas acerca de diferentes cosas que se desean conocer.
  • Lenguaje informativo: Es el que permite comunicar información.

En la apropiación de la lengua escrita es fundamental el contexto sociocultural y el uso funcional que le dé el niño al lenguaje para comunicar significados.
El lenguaje emerge de una necesidad de comunicarse con los demás, y el ambiente ejerce una gran influencia en el desarrollo de esta habilidad.
La filosofía de Lenguaje Integral es una nueva concepción de lenguaje y de ser humano en interacción, donde maestros y alumnos tienen un papel protagónico en el proceso de enseñanza y de aprendizaje como investigadores de contextos socioculturales en busca del conocimiento de las diferentes realidades. Esta propuesta se basa en las siguientes premisas:

  • El lenguaje sirve para organizar el pensamiento.
  • Sirve para aprender.
  • Sirve para comunicar y compartir experiencias con los demás.

El desarrollo cognoscitivo y lingüístico son totalmente interdependientes: el pensamiento depende del lenguaje y el lenguaje del pensamiento. Mediante el lenguaje se acceda al conocimiento. Aprender el lenguaje es aprender a dar significado, y aprender a darle sentido al mundo.
El educador trabaja la zona de desarrollo próximo ayudando a que el infante logre su desarrollo potencial mediante una oportuna intervención individual o grupal que posibilite el intercambio, la crítica, la discusión y la solución de problemas. El educador debe: crear actividades significativas que estimulen el pensamiento divergente, construir significados y buscar soluciones a las inquietudes que se presentan; pero para ello es necesario "elaborar preguntas constructivas que obliguen al sujeto a reflexionar lógicamente y a inferir situaciones". Es mediante la creación de actividades auténticas de lectoescritura, cuando se activa en el párvulo el proceso de asimilación y acomodación del lenguaje escrito.
Un salón de clase de educación inicial debe contar con un ambiente letrado, pertinente culturalmente y rico en material impreso que propicie el diálogo, el juego dramático, el dibujo, la creación de textos y actividades de lectura y escritura individuales y colectivas.
Es necesario un cambio educativo, que lleve a la transformación de este nivel; para ello, es preciso tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • El niño construye el conocimiento en interacción con el medio físico y social que lo rodea, formula hipótesis y se explica el mundo de acuerdo con sus esquemas mentales.
  • El niño construye y reconstruye el conocimiento sobre el lenguaje escrito de la misma forma en que construye el lenguaje oral.
  • El lenguaje sirve para organizar el pensamiento, para aprender, comunicar y compartir experiencias con los demás.
  • En el aprendizaje de la lecto-escritura interviene en gran medida el contexto sociocultural que rodea a los niños, por lo tanto, es necesario partir de su cultura (de lo más significativo y cercano a su vida).
  • La función social que tiene la lengua escrita para comunicar significados y transmitir conocimientos, creencias y valores, es fundamental para el desarrollo del lenguaje.
  • El infante debe comprender que el lenguaje escrito, al igual que el lenguaje oral, sirve para comunicar ideas y pensamientos, además, transmite significados y es funcional.
  • El ambiente del centro infantil debe propiciar oportunidades para que el infante dialogue, dibuje, escriba y lea libre y espontáneamente; es decir; juegue con el lenguaje.
  • El educador debe propiciar mediante el juego cooperativo todo tipo de actividades que incentiven el desarrollo del lenguaje en los párvulos.
  • Es preciso que el educador analice y evalúe su práctica pedagógica y la congruencia con las premisas teóricas del constructivismo.
  • Es fundamental que la evaluación se perciba como un proceso continuo de análisis sobre el trabajo cotidiano de los niños.
  • Para el éxito de un programa inicial de lecto-escritura, es importante la participación de la familia en la sala de clase y en actividades de lectura y escritura propuestas en el hogar, todas con fines prácticos y divertidos.

No se trata de escolarizar el jardín de infantes, se trata de brindarles oportunidades a los niños y a las niñas para que exploren creativamente la escritura y la lectura, y reinventen el lenguaje escrito para que se apropien de él. Se trata de que los niños construyan el placer de leer y escribir.

Nidos para la lectura: El papel de los padres en la formación de lectores.

Yolanda Reyes

En el hogar, se aprende lo fundamental sobre la vida.
Hablar de lectura en el hogar es diferente a hablar de la lectura en la escuela.
El hogar proporciona el contexto, el para qué; el hogar es el nido en el que la lectura encuentra o desencuentra eso que se llama un sentido primordial.
Somos los adultos, con nuestras lecturas y con nuestras palabras, inscritas desde mucho antes de ser padres, el texto de lectura primordial que descifran nuestros niños.
Las primeras etapas en la formación del lector son:
1. Yo no leo. Alguien me lee, me descifra y escribe en mí:
En esta primera etapa de la vida, tenemos contacto con muchos textos de lectura.
En primer lugar, están los libros sin páginas (poesía de la primera infancia). Lo que cuenta aquí son las sonoridades, las repeticiones y las alternancias.
Antes del primer año de vida, nuestra experiencia como lectores ha estado profundamente ligada al afecto y nos ha enseñado mucho sobre los usos poéticos del lenguaje (función expresiva).
Tan pronto como el niño se sienta, aparecen también los primeros libros de imágenes. Son libros sencillos, quizás sin palabras que cuentan historias o muestran objetos cercanos a la experiencia del niño pequeño. Enseñan que las historias se organizan en un espacio: de izquierda a derecha (direccionalidad en sus ejercicios de prelectura).
Después de esos primeros libros y muy en la línea del desarrollo psíquico del niño, que empieza a salir de lo más inmediato para hacerse preguntas, para inventar, imaginar, soñar, tener pesadillas y sentir miedos, los relatos se van haciendo más complejos: Es entonces cuando los niños entran en contacto con hechos, peripecias y personajes que suceden en un tiempo lejano: el tiempo de la ficción. Ese tiempo mítico, que no es el presente, tiene su expresión literaria en los cuentos de hadas tradicionales o en los cuentos contemporáneos, con personajes fantásticos, de la propia región o de países lejanos, que hablan a la psiquis en formación y le dan claves para nombrar sus misterios y para intentar descifrarlos.
Las voces adultas que cuentan historias dicen cosas útiles, ciertas y necesarias sobre el lenguaje. Dicen que las palabras se agrupan unas al lado de las otras en una cadena y que, gracias a esas agrupaciones y a la posición de cada palabra en la cadena, se van construyendo y modificando los significados.
Ya sabe una cantidad de cosas sobre la lectura, aunque la escuela diga que todavía no es lector y no haya entrado ni siquiera al prejardín o al grado cero. Los padres han construido un nido completo, un entorno para la lectura, una cantidad de demostraciones viscerales a la pregunta del “Para qué leer”, que es la pregunta por el sentido vital de la lectura y que es la que, en definitiva, produce el deseo, o lo que los maestros, para simplificar llaman ‘motivación”. Cuando llega a la etapa de la alfabetización propiamente tal, el aprendizaje de la lectura se empieza a delegar al colegio.
2. Segunda etapa: Yo empiezo a leer con otros:
Esta etapa se da desde la total dependencia del lector hasta el logro de la lectura autónoma y es un largo rito de tránsito el cual se constituye, quizás, en la época más difícil para su formación. En virtud de una extraña paradoja, el proceso de alfabetización, resulta en la práctica ser, el culpable de la mayor deserción.
Es ese el momento en el que los padres resultan verdaderamente imprescindibles y es también ahí cuando deben tener más cuidado en no caer en creer que son ellos los maestros de sus hijos. La tarea de los padres recae en dar sentido y contexto al proceso por el cual están atravesando sus hijos. Resulta fundamental que los padres continúen leyéndoles buenas historias a sus hijos, sin abandonarlos en la mitad del proceso.
La entonación es algo que se construye mediante un diálogo con los sentidos de un texto; un diálogo en el que participan el lector y el texto y que siempre hay que ir desentrañado.
Es importante asegurar que se mantenga viva la fe en la magia de los libros y en sus poderes de desciframiento. Durante esta etapa ambigua en la que supuestamente un niño aprende a leer solo, aún no cuenta con las herramientas suficientes para decodificar los libros que su psiquis o su deseo de conocimiento le demandan, su poder de decodificación está atrasado con respecto a su poder de desciframiento.
Leer con los hijos, como padres, es leer por el puro placer de estar juntos, de compartir sueños, temores, intereses e incluso obsesiones y acompañar a ese hijo a confrontarse con las tareas existenciales, con los valores y con los retos de la vida que recrean los libros. Leer como padres es también acompañarlos a escoger sus libros y ayudarlos a ir formando sus propios criterios. La lectura será parte del ámbito de su intimidad y se convertirá en la brújula de una búsqueda personal a la que quizás los padres ya no estén invitados.

Leer y escribir: un enfoque comunicativo y constructivista.

Paulina Rivera.

Es imposible comprender, en nuestra sociedad, la adquisición de la lectura y la escritura por parte de los niños sin considerar el significado de la alfabetización en la cultura.
En un ambiente rico en materiales impresos, los niños comienzan a comprender las funciones particulares que la lectura y la escritura tienen en su grupo social.
El conocimiento del lenguaje escrito no es adquirido por el niño de un día para otro, sino que está dentro de un proceso complejo y prolongado en el tiempo. Por una parte, ha de acceder al código de la escritura, por otra, ha de acceder al lenguaje escrito como conjunto de los distintos géneros textuales.
En relación con este doble aprendizaje existen básicamente dos líneas explicativas que conllevan implicaciones distintas en cuanto a los planteamientos didácticos que de ellas se derivan:


a) La línea que considera que conocer el código es una condición para que los niños puedan acceder al conocimiento del lenguaje escrito.
b) La línea que considera que el conocimiento del lenguaje escrito, por una parte, y del código, por la otra, son dos saberes distintos con desarrollos propios y diferentes.


El enfoque comunicativo de la didáctica de la lengua, superando el nivel oracional, sitúa el foco de atención en el texto o discurso, reconociéndolo como la unidad real de comunicación, que está constituida por los géneros textuales que usamos en un contexto determinado, con una finalidad, y dirigidos a un destinatario.
El aprendizaje del código, en este contexto, es una actividad que tiene sentido.
Para pasar de ser un no lector, a un lector experto, se debe pasar por tres fases:

  1. La primera fase está constituida por el reconocimiento global de palabras y textos familiares.
  2. La segunda fase, los niños llegan a comprender las correspondencias entre la cadena escrita y la oral.
  3. En la tercera fase, la lectura es básicamente un reconocimiento global de configuraciones escritas.

La lectura es, ante todo, comprensión, es decir, construcción de una representación mental coherente de lo que se lee.
E. Ferreiro y A. Teberosky estudiaron cómo el niño construye sus propios conocimientos sobre la escritura y describieron la existencia de determinadas fases en el aprendizaje de la escritura:

  1. La primera fase se corresponde con el período en el que los niños diferencian ya la escritura del dibujo. Es la etapa de la escritura indiferenciada.
  2. En la segunda fase, utilizan un repertorio variado de grafías convencionales: es la fase de la escritura diferenciada.
  3. En la tercera, la fase silábica, los niños comienzan a establecer relaciones entre sus grafismos y los aspectos sonoros de la palabra (segmentación silábica de la palabra).
  4. En la fase silábico-alfabética, la cuarta, los niños se dan cuenta de la existencia de correspondencias intra-silábicas, pero no son capaces de segmentar todos los elementos sonoros de la palabra.
  5. En la quinta fase, los niños reconocen una correspondencia alfabética exhaustiva (etapa alfabética).


Los modelos cognitivos de composición del texto, señalan la existencia de los procesos implicados en la producción escrita. En primer lugar, la planificación, es decir, la selección y organización de las ideas. En segundo lugar, la elaboración del texto. En tercer lugar, la revisión, implicada no sólo en el escrito final, sino en todo el proceso de producción.
El aprendizaje no es lineal y aditivo, sino que procede por reorganizaciones de conocimientos de distinto contenido y nivel.

Aprender a usar la lengua: Implicaciones para la enseñanza.

Isabel SoIé

Sólo a partir de los años sesenta se aprecia un movimiento que tiende a enfatizar el uso de lengua y a atribuirle una dimensión instrumental en sentido amplio.
Se entiende que hablar de lengua es hablar de comunicación, de instrumento que permite explorar los ámbitos de la cultura y de herramienta que organiza y ordena nuestro pensamiento, nuestra actividad y, en buena medida, la de los demás.
Los Diseños Curriculares del Área de Lengua enfatizan, en la promoción de las capacidades comunicativas de los alumnos, extensivas a lo que llamamos las cuatro grandes habilidades lingüísticas: hablar, escuchar, leer y escribir.
Hablar, escuchar, leer y escribir, son procedimientos polivalentes, es decir, sirven para muchas cosas. Su uso tiene una finalidad la cual modula nuestra actividad.
Hablar, escuchar, leer y escribir, son procesos intencionales y autodirigidos. Simultáneamente, se trata de procesos sometidos a autocontrol o autorregulación, es decir, implican la supervisión de la actividad de que se trate con el fin de asegurar que se ajusta a los objetivos previstos, lo que permite ir modificando nuestra actuación cuando sea necesario.
Leer, escribir, hablar y escuchar son habilidades complejas, complejidad que aumenta notablemente cuando son tratadas como compendios de técnicas simples, exentas de los componentes de autodirección y autocontrol que les son inherentes, pues, en ese caso, su funcionalidad queda reducida a objetivos y control externo.
En relación al éxito académico, encontrarle sentido a las habilidades lingüísticas, está estrechamente vinculado a la competencia en el dominio de estas habilidades.
Las habilidades lingüísticas son, un instrumento precioso de indagación de la cultura y de inserción social e influyen, en nuestras capacidades cognitivas y de equilibrio personal.
Aprender a usar las habilidades lingüísticas supone aprender a dirigir y regular el propio proceso en qué se actualizan.
Cuando un alumno se sumerge en la, pone en marcha un pensamiento estratégico que le permite organizar su actividad, evaluarla y, eventualmente, modificarla, para conseguir ciertos propósitos.
Las habilidades lingüísticas son, un proceso complejo, pero tiene sus ventajas.
Para que los alumnos le encuentren objetivos a las habilidades lingüísticas, es necesario que las escuelas les ofrezcan las instancias a los alumnos en este sentido.
Fundamentalmente, ayudar a los alumnos en su apropiación de las diversas habilidades lingüísticas requiere adoptar formas de intervención en el aula coherentes con ese propósito, para esto:
En primer lugar, conviene tener en cuenta que, con frecuencia, las habilidades lingüísticas son más bien objeto de comprobación o de evaluación que de enseñanza propiamente dicha.
En segundo lugar, lo que caracteriza a una persona competente en el uso de las habilidades lingüísticas recae en la posibilidad que esta persona tiene de adaptar dichas habilidades a diversos propósitos y circunstancias (experiencias educativas).
En definitiva, innovar en el Área de Lengua suele suponer cambios bastante profundos, tanto en la representación que de ella nos hacemos, cuanto en la planificación, organización y puesta en práctica de las propuestas didácticas a través de las cuales pretendemos contribuir al aprendizaje de los alumnos.
Las habilidades lingüísticas son poderosísimos instrumentos para la comunicación, el aprendizaje y el disfrute personal.

viernes, 11 de mayo de 2007

Aprendiendo a leer y a escribir

Uno de los mejores predictores para saber si un niño será competente, tanto en la escuela como posteriormente en la sociedad, es el nivel de lectura y escritura que posea.
El periodo más importante para el desarrollo de la alfabetización, es la niñez temprana, es decir desde el nacimiento hasta los ocho años.
La IRA en conjunto con la NAEYC, se unieron para formar una declaración de la posición que consideran el desarrollo de la alfabetización. Su objetivo está en proporcionar una guía a los maestros de los niños pequeños (0-8 años).Quienes constituyen esta junta son: escolares, administradores y políticos.
La IRA junto con la NAEYC, se comprometen a ayudar a los niños a aprender a leer y escribir y también a criar y sostener su interés y disposición para leer y escribir para su propio goce, información y comunicación.
La IRA y la NAEYC, creen que su declaración contribuirá significativamente a una mejora en la práctica y el desarrollo de políticas educativas.
Los maestros estadounidenses creen que los niños a los que se les enseña hoy son más diversos en sus fondos, experiencia y habilidades que aquellos a los que se les enseñaba en el pasado.
Las experiencias previas que los niños tiene en relación con las características individuales de los niños, determinará el nivel de habilidades de alfabetización que finalmente los niños llagan a lograr.
Es vital para todos los niños tener experiencias de alfabetización en las escuelas y en los programas de niñez temprana.
Los niños toman sus primeros pasos críticos hacia aprender leer y escribir muy temprano en la vida. Ellos empiezan a adquirir un poco de comprensiones básicas de los conceptos sobre la alfabetización y sus funciones. Los niños aprenden a usar los símbolos, combinando su idioma oral, cuadros, impresión, y obra en un medio mixto coherente y creando y comunicando los significados en una variedad de maneras. De sus experiencias iniciales e interacciones con los adultos, los niños empiezan a leer las palabras, mientras van procesando las relaciones entre las letras y los sonidos y el conocimiento sustancial, adquiriendo el sistema alfabético.
En los primeros meses de vida, los niños empiezan a experimentar con el idioma.
Algunos niños reciben instrucción directa en el aprendizaje de la lecto-escritura, mientras otros reciben la ayuda mucho más casual e informal.
Los niños necesitan no sólo aprender las habilidades técnicas de leer y escribir sino también cómo usar estas herramientas para mejorar su pensamiento e ir razonando sobre este.
Una meta central durante los años del preescolar, es reforzar la exposición de niños a y conceptos sobre la impresión.
Los niños necesitan oportunidades de practicar lo que ellos han aprendido sobre la impresión con sus pares y de forma individual.
Los libros de cuento no son los únicos medios de proporcionarles la exposición a los niños al idioma escrito. Los niños aprenden mucho sobre leer de las etiquetas, señales, y otros tipos de impresión.
Los estudios han mostrado que una base fuerte en un primer idioma promueve el logro escolar en un segundo idioma.
Los niños no sólo adquieren un conocimiento activo del sistema alfabético a través de leer sino también a través de escribir.
Los estudios sugieren que la ortografía inventada temporal, puede contribuir al comienzo de aprender a leer.
No todos los niños vienen típicamente al jardín de infantes con los niveles similares de conocimiento sobre el idioma impreso. Para esto, la instrucción necesita ser adaptada para responder a las diferencias de los niños.
Muchos niños entran en el jardín de infantes con por lo menos un poco de conocimiento superficial de las letras del alfabeto. Una meta importante para el maestro del jardín de infantes es reforzar esta habilidad, asegurando que los niños puedan reconocerlas y diferenciarlas.
El conocimiento fonémico, no es meramente una visión solitaria o una habilidad instantánea, esta toma tiempo y práctica.
En el jardín de infantes muchos niños empezarán a leer algunas palabras a través del reconocimiento o procesando las relaciones entre las letras y los sonidos.
Los niños deben aprender sobre la relación entre el idioma oral y el idioma escrito y la relación entre las letras, sonidos, y las palabras.
La lectura real es la comprensión.
Los estudios revelan que lectores tempranos, son capaces de ser intencionales en el uso de estrategias de metacognición.
La IRA y la NAEYC creen que logrando normas altas de alfabetización para cada niño en los Estados Unidos, se formará una responsabilidad compartida entre escuelas, programas de niñez temprana, las familias, y las comunidades.
El idioma leído y escrito, se forma fuertemente por la cultura.
Los maestros necesitan respetar el idioma de las casas de los niños y sus culturas y lo deben usar como una base en donde se debe construir y extender el idioma de los niños y sus experiencias de alfabetización.
La IRA y la NAEYC, recomiendan fuertemente que las políticas siguientes se desarrollen adecuadamente:
1.-Un sistema comprensivo, consistente de niñez temprana en la preparación profesional.
2.-Los recursos suficientes para asegurar las proporciones adecuadas de los maestros calificados a los niños y los grupos pequeños para la instrucción individualizada.
3.-Los recursos suficientes para asegurar que en las aulas, las escuelas, y las bibliotecas públicas, incluyan una amplia gama los libros para niños, de calidad superior.
4.-Políticas que promuevan el aprendizaje continuo de los niños en progreso.
5.-Estrategias de valoración apropiadas que promuevan que los niños aprendan y se desarrollen.
6.-El acceso al cuidado de salud regular, continuado para cada niño.
7.-Un aumento en la inversión pública para asegurar el acceso a los preescolares a una educación de calidad superior y programas de cuidado del niño, para todos los niños que los necesiten.

No es un pecado capital cometer un error de ortografía

Emilia Ferreiro

La escuela tradicional parte de la suposición de que los niños que recibe son oficialmente ignorantes y en caso de saber alguna cosa esta resulta irrelevante respecto de los contenidos escolares.
La autora, establece que los chicos cuando llegan a la escuela ya tienen un camino andado y que ese camino no es irrelevante respecto del contenido fundamental del primer año de primaria (la alfabetización).
El respeto intelectual es muy difícil en el ámbito escolar, ya que se tiende a perdurar la imagen clásica de la autoridad y la incapacidad del otro lado.
La revisión de los textos por parte de los docentes, es el momento para revisar la forma del texto.
Revisar es propio de una escritura responsable.
La escuela no puede seguir formando gente que escriba en dictado. Eso era propio de la antigüedad clásica.
Si alfabetizar no es introducir a la cultura escrita del tiempo en que vivimos (Internet y computadores), no se logra entender cuál es la función de la escuela.
Los aspectos formales de la escritura, ni introducen a la cultura escrita. Es importante que los niños sepan distinguir entre una poesía y una narrativa.
No es correcto que la gente piense que los niños pequeños no deben aprender a leer.
Actualmente el medio suscita la rapidez no la revisión (como lo es el uso del Chat, en donde importa el contenido y no la forma).
La escuela, en lugar de pelearse con la tecnología, debería preocuparse por hacer un uso inteligente de ella, sobre todo cuando son tecnologías que llegaron para quedarse.
Toda lengua tiene alguna zona de fluctuación.
La ortografía es importante para mantener la intercomunicabilidad entre hablantes hispanos, en donde se pronuncia de maneras muy diferentes las cosas, pero no es un pecado capital cometer un error de ortografía.
Cada nivel educativo tiene cierta responsabilidad en un proceso de alfabetización que no termina.
La idea de que la alfabetización acaba en los dos primeros años de la primaria impide ver cuál es la tarea alfabetizadora propia de los niveles siguientes, impide ver que la alfabetización es un proceso y no un estado que se logra de una vez por todas.
Los educadores, deben preocuparse principalmente de enseñarles a aquellos que no tienen recursos, ya que ellos no tendrán más oportunidades de aprender que no sea en la escuela. No hay nada peor que el achatamiento de los objetivos educativos y eso está pasando.
Todos los chicos pueden aprender. Es mucho más sano desde el punto de vista del accionar docente el pensar “todos pueden” que el pensar “vamos a ver quiénes pueden”.