viernes, 11 de mayo de 2007

No es un pecado capital cometer un error de ortografía

Emilia Ferreiro

La escuela tradicional parte de la suposición de que los niños que recibe son oficialmente ignorantes y en caso de saber alguna cosa esta resulta irrelevante respecto de los contenidos escolares.
La autora, establece que los chicos cuando llegan a la escuela ya tienen un camino andado y que ese camino no es irrelevante respecto del contenido fundamental del primer año de primaria (la alfabetización).
El respeto intelectual es muy difícil en el ámbito escolar, ya que se tiende a perdurar la imagen clásica de la autoridad y la incapacidad del otro lado.
La revisión de los textos por parte de los docentes, es el momento para revisar la forma del texto.
Revisar es propio de una escritura responsable.
La escuela no puede seguir formando gente que escriba en dictado. Eso era propio de la antigüedad clásica.
Si alfabetizar no es introducir a la cultura escrita del tiempo en que vivimos (Internet y computadores), no se logra entender cuál es la función de la escuela.
Los aspectos formales de la escritura, ni introducen a la cultura escrita. Es importante que los niños sepan distinguir entre una poesía y una narrativa.
No es correcto que la gente piense que los niños pequeños no deben aprender a leer.
Actualmente el medio suscita la rapidez no la revisión (como lo es el uso del Chat, en donde importa el contenido y no la forma).
La escuela, en lugar de pelearse con la tecnología, debería preocuparse por hacer un uso inteligente de ella, sobre todo cuando son tecnologías que llegaron para quedarse.
Toda lengua tiene alguna zona de fluctuación.
La ortografía es importante para mantener la intercomunicabilidad entre hablantes hispanos, en donde se pronuncia de maneras muy diferentes las cosas, pero no es un pecado capital cometer un error de ortografía.
Cada nivel educativo tiene cierta responsabilidad en un proceso de alfabetización que no termina.
La idea de que la alfabetización acaba en los dos primeros años de la primaria impide ver cuál es la tarea alfabetizadora propia de los niveles siguientes, impide ver que la alfabetización es un proceso y no un estado que se logra de una vez por todas.
Los educadores, deben preocuparse principalmente de enseñarles a aquellos que no tienen recursos, ya que ellos no tendrán más oportunidades de aprender que no sea en la escuela. No hay nada peor que el achatamiento de los objetivos educativos y eso está pasando.
Todos los chicos pueden aprender. Es mucho más sano desde el punto de vista del accionar docente el pensar “todos pueden” que el pensar “vamos a ver quiénes pueden”.

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